A veces, un cáncer que se originó en una parte del cuerpo puede diseminarse (expandirse) a otras, como a los huesos. Se dice, entonces, que la persona tiene metástasis ósea. En este artículo te contamos de qué se trata, cuáles pueden ser los síntomas y en qué se diferencia del cáncer de huesos propiamente dicho. Rina, Manuel y Elsa tienen un tumor en los huesos, pero en cada uno de ellos se trata de un cáncer diferente. Mientras que Rina fue diagnosticada con cáncer óseo (de los huesos) propiamente dicho, Manuel hacia tiempo que tenía cáncer del pulmón pero, como no tenía síntomas, recién puede notarlo ahora que el cáncer se ha diseminado a los huesos. Por su parte, Elsa hacía años había sido operada de cáncer de mama, y en uno de los controles actuales se enteró que esa misma condición ha vuelto a despertar, ahora en los huesos. ¿Qué diferencia hay entre ellos? ¿Si el cáncer está en el hueso, por qué no es lo mismo uno que otro? Esto se debe a que el cáncer es una formación celular anormal que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. O sea, se pueden desarrollar diferentes formaciones celulares anómalas (anormales), estos son los tumores o cánceres, que son muchos. De acuerdo al lugar en el que aparecen en el cuerpo inicialmente (que se denomina “sitio primario”), será el nombre que recibe el cáncer. Cuando esas mismas células aparecen en otro sitio después porque se diseminaron, ya son metástasis. Así, por ejemplo, cuando a Elsa la operaron hace 5 años fue para combatir un cáncer que se había presentado en sus mamas o senos. Ahora, ese mismo tipo de deformación celular que una vez tuvo en la mama se desarrolló en sus huesos, más específicamente en la espalda, justo debajo del hombro. El cáncer del hueso es una metástasis del cáncer del seno. A Manuel le pasó algo similar. En algún momento se le ha desarrollado una formación celular anormal (un cáncer) en sus pulmones, aunque no se había dado cuenta porque nunca sintió dolor ni ninguna señal que lo alertara. Pero ahora, esas células han crecido y se han extendido a los huesos, en donde sí comenzaron a causarle dolor, y de ese modo se le diagnosticó el problema (el cáncer del pulmón y el cáncer metastásico al hueso). Este tipo de anormalidad celular es diferente a la que tiene Elsa, y ambas son distintas a la que le apareció a Rina, que comenzó a sentir un dolor que no desparecía y al visitar al médico se enteró que tiene un tipo de cáncer óseo que no es muy frecuente, que se desarrolló en los huesos. Este es un cáncer primario del hueso, no se diseminó al hueso. El síntoma principal del cáncer óseo es el dolor en los huesos o en alguna zona cercana, que no desaparece con el tiempo (aunque el dolor puede ser una señal de muchas cosas y no necesariamente de cáncer). El dolor también es uno de los síntomas que provoca la metástasis ósea, que al principio puede aparecer y desaparecer, que en general se vuelve más molesto por las noches y desaparece con el movimiento, pero que con el tiempo ya no desaparece. A veces, la metástasis ósea no produce ningún síntoma. Otras, las señales de que hay metástasis en los huesos pueden ser: Rotura de los huesos (porque la metástasis lo debilita). Las más comunes son en la pierna, el brazo y la espina dorsal. Adormecimiento, parálisis y problemas urinarios (debido a la presión de la metástasis sobre la espina dorsal). Pérdida de apetito, náuseas, mucha sed, confusión y cansancio, que pueden estar provocados por elevación en el nivel del calcio en la sangre. El tratamiento para la metástasis en los huesos depende de muchos factores, como el tipo del cáncer primario, a qué huesos (y a cuántos) se propagó, si cualquier hueso se ha debilitado o fracturado, qué tratamientos ha recibido anteriormente y cuál es la condición de salud general de la persona. También existen tratamientos paralelos que, si bien no combaten la metástasis, sí pueden ayudarte a calmar el dolor, desde vitaminas, dietas especiales, acupuntura hasta radiaciones, entre otros. Como siempre, todo debe estar bajo la supervisión de tu médico. Hay ciertos tipos de cáncer que, cuando se diseminan, tienen más posibilidades de causar metástasis en el hueso. Estos son: el de mama, próstata, pulmones, tiroides y riñón. Si te han diagnosticado con cáncer, independientemente de en dónde te lo hayan encontrado, lo mejor es que no dejes de hacerte los controles de rutina que te indique tu médico. Y si tienes algún dolor o cualquier otra molestia, recuerda que eso puede ser un síntoma de muchas otras cosas, pero préstale atención a tu cuerpo y no dejes de consultar con un especialista (el especialista del cáncer es el oncólogo) para que pueda sacarte de la duda y ofrecerte la mejor recomendación en tu caso particular. Y, si piensas que es necesario, pide una segunda opinión.
jueves, 28 de junio de 2012
Cuando el cáncer se expande a los huesos
A veces, un cáncer que se originó en una parte del cuerpo puede diseminarse (expandirse) a otras, como a los huesos. Se dice, entonces, que la persona tiene metástasis ósea. En este artículo te contamos de qué se trata, cuáles pueden ser los síntomas y en qué se diferencia del cáncer de huesos propiamente dicho. Rina, Manuel y Elsa tienen un tumor en los huesos, pero en cada uno de ellos se trata de un cáncer diferente. Mientras que Rina fue diagnosticada con cáncer óseo (de los huesos) propiamente dicho, Manuel hacia tiempo que tenía cáncer del pulmón pero, como no tenía síntomas, recién puede notarlo ahora que el cáncer se ha diseminado a los huesos. Por su parte, Elsa hacía años había sido operada de cáncer de mama, y en uno de los controles actuales se enteró que esa misma condición ha vuelto a despertar, ahora en los huesos. ¿Qué diferencia hay entre ellos? ¿Si el cáncer está en el hueso, por qué no es lo mismo uno que otro? Esto se debe a que el cáncer es una formación celular anormal que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. O sea, se pueden desarrollar diferentes formaciones celulares anómalas (anormales), estos son los tumores o cánceres, que son muchos. De acuerdo al lugar en el que aparecen en el cuerpo inicialmente (que se denomina “sitio primario”), será el nombre que recibe el cáncer. Cuando esas mismas células aparecen en otro sitio después porque se diseminaron, ya son metástasis. Así, por ejemplo, cuando a Elsa la operaron hace 5 años fue para combatir un cáncer que se había presentado en sus mamas o senos. Ahora, ese mismo tipo de deformación celular que una vez tuvo en la mama se desarrolló en sus huesos, más específicamente en la espalda, justo debajo del hombro. El cáncer del hueso es una metástasis del cáncer del seno. A Manuel le pasó algo similar. En algún momento se le ha desarrollado una formación celular anormal (un cáncer) en sus pulmones, aunque no se había dado cuenta porque nunca sintió dolor ni ninguna señal que lo alertara. Pero ahora, esas células han crecido y se han extendido a los huesos, en donde sí comenzaron a causarle dolor, y de ese modo se le diagnosticó el problema (el cáncer del pulmón y el cáncer metastásico al hueso). Este tipo de anormalidad celular es diferente a la que tiene Elsa, y ambas son distintas a la que le apareció a Rina, que comenzó a sentir un dolor que no desparecía y al visitar al médico se enteró que tiene un tipo de cáncer óseo que no es muy frecuente, que se desarrolló en los huesos. Este es un cáncer primario del hueso, no se diseminó al hueso. El síntoma principal del cáncer óseo es el dolor en los huesos o en alguna zona cercana, que no desaparece con el tiempo (aunque el dolor puede ser una señal de muchas cosas y no necesariamente de cáncer). El dolor también es uno de los síntomas que provoca la metástasis ósea, que al principio puede aparecer y desaparecer, que en general se vuelve más molesto por las noches y desaparece con el movimiento, pero que con el tiempo ya no desaparece. A veces, la metástasis ósea no produce ningún síntoma. Otras, las señales de que hay metástasis en los huesos pueden ser: Rotura de los huesos (porque la metástasis lo debilita). Las más comunes son en la pierna, el brazo y la espina dorsal. Adormecimiento, parálisis y problemas urinarios (debido a la presión de la metástasis sobre la espina dorsal). Pérdida de apetito, náuseas, mucha sed, confusión y cansancio, que pueden estar provocados por elevación en el nivel del calcio en la sangre. El tratamiento para la metástasis en los huesos depende de muchos factores, como el tipo del cáncer primario, a qué huesos (y a cuántos) se propagó, si cualquier hueso se ha debilitado o fracturado, qué tratamientos ha recibido anteriormente y cuál es la condición de salud general de la persona. También existen tratamientos paralelos que, si bien no combaten la metástasis, sí pueden ayudarte a calmar el dolor, desde vitaminas, dietas especiales, acupuntura hasta radiaciones, entre otros. Como siempre, todo debe estar bajo la supervisión de tu médico. Hay ciertos tipos de cáncer que, cuando se diseminan, tienen más posibilidades de causar metástasis en el hueso. Estos son: el de mama, próstata, pulmones, tiroides y riñón. Si te han diagnosticado con cáncer, independientemente de en dónde te lo hayan encontrado, lo mejor es que no dejes de hacerte los controles de rutina que te indique tu médico. Y si tienes algún dolor o cualquier otra molestia, recuerda que eso puede ser un síntoma de muchas otras cosas, pero préstale atención a tu cuerpo y no dejes de consultar con un especialista (el especialista del cáncer es el oncólogo) para que pueda sacarte de la duda y ofrecerte la mejor recomendación en tu caso particular. Y, si piensas que es necesario, pide una segunda opinión.
jueves, 21 de junio de 2012
El ginseng combate el cansancio en pacientes con cáncer
domingo, 17 de junio de 2012
Un subsidio para Renacer
jueves, 14 de junio de 2012
Evita infecciones que pueden provocar cáncer
El agotamiento disminuye la eficacia de las células inmunitarias en el tratamiento del cáncer
Biomarcadores para detectar cáncer de próstata y recurrencia
Las señales de cáncer que los hombres dejan pasar
Por la doctora Aliza
Las señales del cáncer a veces pueden ser imperceptibles o se hacen notables cuando ya es demasiado tarde para poder actuar. Por eso, en este artículo te contamos cuales son algunas de ellas, para que no te encuentren desprevenido ni las dejes pasar por alto.
¿Cuánto hace que no vas al médico… y que toleras esa molestia innecesaria? Posiblemente más de lo que creías. Pues puede ser algo hasta cultural. Aunque el dicho dice que “los hombres no lloran”, en general esto se extiende a que los hombres tampoco se quejan, ni se enferman, ni van al médico. El “verdadero hombre” tiene que ser fuerte, más aún si se trata de un latino.
Fíjate que aquí vamos a proponerte todo lo contrario: un hombre verdaderamente valiente es aquel que se anima a ir al médico, el que escucha sus molestias (dolencias) y las atiende sin perder tiempo y el que cuida su salud, que es la mejor manera de seguir siendo fuerte y vigoroso.
Y para que cuentes con más armas para combatir los “males” que pueden ocurrirte, aquí te contamos algunas señales del cáncer que pueden pasar desapercibidas o confundirse con problemas menores.
Por ejemplo, muchos se sorprenden al saber que los hombres también pueden tener cáncer de mama o tumores benignos en los pechos. En general, esto se detecta por la presencia de un bulto o quiste. Pero también pueden presentarse otras señales como dolor en el pecho y cambios en los pezones, que pueden caerse, hundirse o ponerse escamosos.
Otros síntomas que suelen pasar desapercibidos tienen que ver con el cáncer testicular, que también puede causar un bulto, que por lo general no duele y a veces es difícil de detectar o no es detectable al tacto. Otras sensaciones que puedes tener son: dolor, inflamación o alargamiento de los testículos.
Por último, a continuación te indico algunas señales de uno de los principales tipos de cáncer que afecta a los hombres y que es una de las causas principales de muerte por cáncer entre los varones: el cáncer de próstata.
Problemas de erección. Un tema difícil de reconocer y de hablar. Si bien puede ser disfunción sexual provocada por otros motivos, una de las señales del cáncer de próstata es que alcanzar la erección o sostenerla se vuelve más difícil.
Dolor en el abdomen, las caderas, los muslos o la ingle. Toda la zona de la ingle y la parte baja de la espalda puede dar señales, a veces con dolor, otras veces con una sensación de pesadez o presión. Si sientes algo raro o que no está como antes, no dejes de consultar al médico.
Dolor o dificultad para orinar y/o cambios en el flujo de la orina. En general, muchos sienten que una vez que llegan al baño no pueden orinar o comienzan a hacerlo, pero el flujo de orina se detiene o es muy débil. En general, estas señales se relacionan con problemas de salud que no ponen en riesgo tu vida, pero pueden estar indicando un cáncer de próstata que comienza a formarse. Vale la pena visitar al médico y quitarse la duda.
Es importante que aprendas a escuchar a tu cuerpo y reconocer señales de situaciones que pueden no estar bien. La idea no es que entres en pánico con cada dolor o molestia que se presente, sino que seas prevenido y puedas buscar asesoramiento médico a tiempo, para poder combatir cualquier tipo de mal y seguir siendo el hombre fuerte y valiente del hogar.
Se relaciona una proteína con la expansión del cáncer de mama al pulmón
Cuando el cáncer avanza puede expandirse desde el lugar en el cuerpo donde se originó a otras partes del mismo. Eso es lo que se conoce como metástasis. Cuándo y de qué modo lo hace es difícil de saber. Un nuevo estudio relaciona a una proteína con la expansión del cáncer de mama al pulmón. Estos hallazgos permitirían detectar de antemano el riesgo de desarrollar esta metástasis así como de encontrar nuevas formas de combatirla. Sigue leyendo para que te informes bien.
Una de las principales preocupaciones en temas de salud es el cáncer, no importa en cuál órgano se desarrolle, ya que muchas veces puede volverse una enfermedad agresiva y difícil de combatir. Mucho más cuando se traslada del punto de origen a otras partes del cuerpo, afectándolo en varios frentes.
Para decirlo de un modo sencillo, nuestro cuerpo está compuesto por muchos tipos de células diferentes. Cuando aparece el cáncer significa que en algún lugar se ha formado una célula extraña o anormal, que empieza a crecer como cualquier otra célula y tratar de hacerse un lugar entre las que normalmente se desarrollan en el cuerpo.
Es como una invasión: las células del cáncer quieren conquistar un territorio que no les pertenece, y según qué lugar invadan será el nombre o el tipo de cáncer que se forme. Por ejemplo, si se aloja en el estómago será cáncer del estómago, si lo hace en el pulmón será cáncer de pulmón y así sucesivamente, según donde se origine el tumor.
Cuando una célula tumoral maligna o cancerígena que se desarrolló en un lugar del cuerpo sigue su conquista y se instala en otra parte, se dice que hay metástasis, por ejemplo, cuando nace en el estómago y se expande al páncreas.
En este caso, la metástasis en el páncreas es diferente al cáncer del páncreas propiamente dicho ya que, en el primer caso, es la misma célula que se desarrolló en el estómago la que luego invade al páncreas. Sigue siendo cáncer de estómago atacando al páncreas en su proceso de expansión.
Lo mismo ocurre con el cáncer de mama o seno, que es la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres de todo el mundo. Y al igual que en otros casos, cuando el cáncer de mama avanza puede trasladarse a otras partes del cuerpo y formar metástasis: en los huesos, el hígado o los pulmones, por nombrar sólo algunos ejemplos.
En busca de nuevas formas de combatir esta enfermedad, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), en España (en colaboración con otras entidades e institutos de investigación europeas), ha encontrado que una proteína denominada peroxirredoxina 2 (PRDX2) podría estar involucrada específicamente en el desarrollo de la metástasis del cáncer de mama en los pulmones.
La PRDX2 es una enzima que protege a las células de los radicales libres, que son los responsables de dañar los tejidos y producir envejecimiento y algunas enfermedades. Del mismo modo, una cantidad elevada de PRDX2 también protegería a las células del cáncer de mama y promovería su crecimiento y su proliferación en los pulmones.
Para llegar a estos resultados, que fueron publicados en la edición digital de abril de la revista Oncogene, los científicos han realizado varios experimentos en líneas celulares y en modelos animales de ratones que demuestran que niveles bajos de expresión de PRDX2 en células tumorales son suficientes para interrumpir el proceso de formación de metástasis en el pulmón.
De ser así, los especialistas no sólo podrían detectar con anticipación cuando una persona con cáncer de mama tiene riesgo de que éste se le expanda al pulmón, sino también pensar en nuevas formas de combatirlo.
Por el momento, éste es un experimento de laboratorio que brinda nuevos datos para acercarnos al conocimiento sobre cómo se desarrolla el cáncer y la metástasis (su expansión a otros sitios).
Mientras tanto, recuerda que con un estilo de vida saludable (que incluya ejercicios y una alimentación apropiada) es posible disminuir las posibilidades de que éste se desarrolle y, en caso de que estés leyendo este artículo porque has sido operada del cáncer de mama, recuerda que cada caso es diferente y que el tumor maligno no tiene necesariamente porqué expandirse a otras partes del cuerpo. Sólo debes seguir los cuidados que te ha indicado el médico y no dejar de hacerte los controles periódicos para estar siempre alerta y dar batalla, en caso de que haya alguna nueva amenaza.
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